Porque así fue como apareciste, como algo que no podía ser real.
Fuiste un oasis en medio de un desierto en el que sin saberlo me hallaba, fuiste como una luz en el medio de la oscuridad que ante mi pasividad reinaba. Y de pronto eras de verdad, podía tocarte, podía verte, podía hablarte y no estar loca. Todo había cambiado, en tan poco tiempo...
Eres quien me deja sin palabras, a mí, que tengo la respuesta preparada de antemano. Me dejas sin aire y haces que te huela en cada rincón que piso, aunque no estés.
Me despiertas aunque te encuentres ausente, aunque duerma en una cama vacía, aunque estés lejos, muy lejos.
Podría escribir millones de palabras sobre cómo miran tus ojos, miles de frases acerca de un abrazo, cientos de párrafos y decenas de libros sobre nosotros. Qué digo sobre nosotros. Sobre ti, que te has convertido en el protagonista de todas mis historias, y de mis sueños.
Ahora eres el narrador de mi vida, el compañero de viaje, la mano junto a la que camino. La musa de mis letras.
Ahora lo eres TODO.

No hay comentarios:
Publicar un comentario