lunes, 22 de noviembre de 2010

Opinión

Este artículo lo escribí para un concurso, pero no me gustaría guardarlo en el cajón, en su momento dio sus frutos y pienso que todavía le queda mucho por aportar.

PASARELAS PORTÁTILES
Parece una tontería, pero, mientras caminaba la pasada tarde por la calle, sumergida entre una multitud definida por unos vaqueros gastados de la talla 36, todos ellos siguiendo el "último grito" en moda, me asaltó una duda... ¿Es la industria la que se amolda a la demanda? ¿O es al revés? Desde casi los inicios de la economía, nuestro sistema comercial se basa en una oferta que pretende satisfacer los deseos de una demanda, la cual escoge el producto a consumir. Sin embargo, en esta edad de progreso e industria, son los productos los que condicionan nuestro modo de vida.
La globalización, ese concepto que tantos aspectos positivos proporciona, Internet, Wifi, todos ellos son los causantes de esta producción de mujeres en cadena, como si fuese un proceso mecanizado más. Las modas llegan como fuentes renovadoras que nos fascinan y asombran, transformándonos en marionetas, títeres en manos de cuatro potentados que, sentados alrededor de su lujosa mesa de roble, deciden a cada segundo nuestros gustos.
Y aún podemos seguir sumando personajes de este teatrillo en el que se ha convertido renovar el armario. Los medios de comunicación nos bombardean constantemente con mujeres de piernas infinitas y figuras imposibles, muestran un mundo en el que ser una "Barbie" de plástico, creada y perfumada por Corporación Dermoestética (o cualquier industria del tipo) prima sobre conceptos morales tales como la autoestima, el aprecio o la individualidad. Se escudan en hacernos creer que nos sentiremos más cómodos con nosotros mismos... ¿Con quién? Se olvidan de que ya no somos los mismos.
Y al tiempo que me asaltaba esta duda, algo dentro de mí pedía una hoja de reclamaciones. No soportaba pasear y visualizar continuamente mujeres fotocopiadas a partir de un original que protagoniza la portada de este mes. Las ciudades se han convertido en grandes pasarelas, "macroparaísos" de la moda diseñados por Armani, Zara, Bershka, Stradivarius, Dolce&Gabbana y muchos otros. Una pasarela en la que las modelos sufren hasta embutirse en el conjunto correspondiente, incluso utilizando "recursos" como la anorexia o la bulimia, todo vale.
Así, concluí que la RAE debería plantearse aceptar como sinónimo de vida la palabra ESCAPARATE

No hay comentarios:

Publicar un comentario